“Prostitución la forma más antigua de dominación”
“Hay que educar a los jóvenes en la igualdad. Detrás
de la prostitución no hay un problema de sexualidad, sino de desigualdad entre
los géneros. Lo más antiguo de la prostitución no es, como se suele decir, que
se trata de la profesión más antigua del mundo, sino que es una de las formas
más antiguas de dominación masculina. En la prostitución se realiza un concepto
de sexualidad en el cual el sexo se vincula a dominación y
violencia. ” (Péter Szil)
Música Original de la pelicula Princesas
El 27 de enero de 2004, asesinaron a Sandra Cabrera. Su cuerpo fue
encontrado con un disparo en la nuca y con signos de haber sido violada, cerca
de la terminal de colectivos de la ciudad de Rosario. Sandra tenía 33 años, era
Secretaria General de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices
Argentina-Rosario), y junto con sus compañeras estaban denunciando a policías
corruptos que les pedían dinero para dejarlas trabajar. En el mes de Noviembre
de 2003, Sandra realizó una denuncia por amenazas, y desde ese momento se le dio
custodia policial en su domicilio. En diciembre del mismo año fue golpeada
dentro de su casa con la custodia en la puerta. Unos días antes de ser
asesinada, Sandra acompañó a una de sus compañeras a realizar una denuncia en la
Fiscalia Nº 1 contra el sargento de policía Sergio Bermejo por cohecho, lo que
llevó a que el efectivo fuera desplazado de la División Personal de la fuerza y
quedó sumariado. A la fecha el caso continúa impune.
Estos prostíbulos regentados por proxenetas “están legitimados por un consenso social en relación con que el consumo de cuerpos de mujeres en prostitución es natural, siempre ha existido y siempre va a existir. Lo visible es la mujer prostituida, y no la existencia de la demanda y de los proxenetas”.(Sara Torres Integrante de la Coalición contra la trata de personas)
El caso de Cristina Ojeda y Romina Gamarra es una clara muestra del funcionamiento de la redes mafiosas de trata de personas. Ambas jóvenes consiguieron escapar de una prostíbulo en Santiago del Estero. Luego de varias amenazas les pusieron custodia policial, custodia que ambas compartían a pesar de a siete cuadras de diferencia. El 3 de Noviembre la familia de Cristina denunció su desaparición, tres días después se presentó en la fiscalía con el abogado Néstor Darío Pereyra sin explicar el cambio de representación legal y cambió su declaración exculpando a los acusados de su secuestro. La fiscal federal Griselda Tessio tomó el testimonio y no verificó el domicilio de la joven, a la fecha la joven continúa desaparecida. Varios días después, Romina Gamara cambió su declaración, luego que un miembro de su familia fuera brutalmente golpeado, hecho que se niegan a denunciar. Romina, con su nuevo abogado, Héctor Tallarico, se presentó ante el juez santafesino Reinaldo Rodríguez, para declarar que niega que fue explotada sexualmente contra su voluntad. El abogado con el que asistió está sindicado como uno de los defensores “de la banda” que capturó a Romina y María Cristina Ojeda.
En 1949 la Argentina firmó el Convenio para la Represión de la
trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena. Al refrendar
este convenio, se convirtió en un país abolicionista. Esto significa que no
condena la prostitución, sí su explotación, además se compromete a generar
políticas públicas y sociales para abolir la prostitución. El Estado Argentino
es considerado uno de los países que más Convenios ha refrendado, pero la
realidad al interior de sus fronteras es muy diferente. La Ciudad de Buenos
Aires, considerada una de las ciudades más progresista de Latinoamérica, cuenta
con un represivo código de convivencia que penaliza la prostitución callejera
creando de hecho una zona roja donde mujeres y travestis -en estado de
prostitución- ponen en peligro su vida. Pero no sólo en la capital del país hay
represión a la prostitución, en varias provincias existen códigos de faltas que
penalizan esta practica.
Crónica de una muerte anunciada
“Señor, señora no sea indiferente se matan las travestis en la cara de gente”
Lohana Berkins, presidenta de la
Asociación de lucha por la Identidad Travesti Transexual (ALITT), denuncia que
el promedio de vida de una travesti es de 33 años y que en los últimos años ya
suman 420 muertas por diferentes motivos: VIH/Sida, uso indiscriminado de
cirugías y por la policía. Como ejemplo de esta realidad está la historia de
Florencia, Lorena, Gina y "la perra" Mamacel que fueron golpeadas, robadas, e
intentaron violarlas luego de ser detenidas aplicando el articulo 44 en la
provincia de Córdoba, por el comando de Acción Preventiva. Según estadísticas
manejadas por esta organización, el 73 por ciento de las travestis que asumieron
su identidad antes de los 13 años vive de la prostitución.
Comprar sexo no es un deporte
Entre el 9 de junio y el 9 de julio de 2006 se
disputó la Copa Mundial de Fútbol en 12 ciudades alemanas. Alrededor de 36
millones de espectadores -mayoritariamente hombres- siguieron este
acontecimiento. Al mismo tiempo, organizaciones de mujeres denunciaron que cerca
de 40.000 mujeres fueron “importadas” para “servir sexualmente”. Alemania
legalizó la industria del sexo en el año 2002 y para favorecer a los turistas
construyó un gigantesco complejo “prostitucional” de 3.000 m2, al lado del
principal estadio de Berlín. Como si fuera un servicio público se construyeron
dentro del mega prostibulo “garitas del sexo” con el nombre de “cabinas de
prestación”, preparadas para preservar el “anonimato” del comprador.
La prostitución y el acto de comprar sexo, son formas de explotación que consideran al cuerpo de la mujer como una mercancía que puede ser comprada y vendida.
La prostitución y el acto de comprar sexo, son formas de explotación que consideran al cuerpo de la mujer como una mercancía que puede ser comprada y vendida.
Capitalismo y Desigualdad
"La prostitución y el mal que la acompaña, la trata de
personas para fines de prostitución, son incompatibles con la dignidad y el
valor de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del individuo, de la
familia y de la comunidad.” (Convenio para la represión de la
trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena).
El patriarcado y el sistema capitalista legitiman la explotación y la
opresión de los hombres sobre las mujeres. Y esta opresión se traduce en que la
trata de personas es una actividad lucrativa e ilegal que ocupa el tercer lugar
después del trafico de drogas y armas. Muchas mujeres, niñas y adolescentes son
engañadas o forzadas a golpes y torturas a prostituirse. Este
“negocio” ilegal se potencia por el capitalismo y la
globalización, donde el trabajo esclavo en cualquiera de sus formas es
“rentable”.
Estos prostíbulos regentados por proxenetas “están legitimados por un consenso social en relación con que el consumo de cuerpos de mujeres en prostitución es natural, siempre ha existido y siempre va a existir. Lo visible es la mujer prostituida, y no la existencia de la demanda y de los proxenetas”.(Sara Torres Integrante de la Coalición contra la trata de personas)
Una reciente investigación de la Organización
Internacional para las Migraciones revela que la trata de mujeres crece en
Argentina. La connivencia policial y política y la falta de acciones orientadas
a investigar y perseguir este delito fortalece este crecimiento. La ingeniería
mafiosa funciona a la perfección para reclutar las mujeres y niñas. La
metodología de los secuestros. El engaño. Los proxenetas. Las terribles formas,
como las torturas, para mantenerlas sometidas y silenciadas.
Hacen que el cuerpo de las mujeres tenga precio y se convierta en una
mercancía. (Fuente Página 12)
Marita Verón desapareció el 3 de abril de 2002 en San Miguel de Tucumán. Al momento de su desaparición tenía 23 años. Mediante la investigación que llevo adelante Susana Trimarco, madre de Marita, se sabe que esta secuestrada por una red mafiosa que la obliga a prostituirse. La búsqueda de Susana sirvió para liberar a más de 65 mujeres. El caso de Marita y la lucha de su madre sirvieron para dar visibilidad a una realidad desconocida para muchas personas. Lamentablemente, Marita no es la única, miles de mujeres y niñas son secuestrada por estas redes mafiosas y sumergidas en la esclavitud sexual.
Marita Verón desapareció el 3 de abril de 2002 en San Miguel de Tucumán. Al momento de su desaparición tenía 23 años. Mediante la investigación que llevo adelante Susana Trimarco, madre de Marita, se sabe que esta secuestrada por una red mafiosa que la obliga a prostituirse. La búsqueda de Susana sirvió para liberar a más de 65 mujeres. El caso de Marita y la lucha de su madre sirvieron para dar visibilidad a una realidad desconocida para muchas personas. Lamentablemente, Marita no es la única, miles de mujeres y niñas son secuestrada por estas redes mafiosas y sumergidas en la esclavitud sexual.
Atrapadas en la Red
El caso de Cristina Ojeda y Romina Gamarra es una clara muestra del funcionamiento de la redes mafiosas de trata de personas. Ambas jóvenes consiguieron escapar de una prostíbulo en Santiago del Estero. Luego de varias amenazas les pusieron custodia policial, custodia que ambas compartían a pesar de a siete cuadras de diferencia. El 3 de Noviembre la familia de Cristina denunció su desaparición, tres días después se presentó en la fiscalía con el abogado Néstor Darío Pereyra sin explicar el cambio de representación legal y cambió su declaración exculpando a los acusados de su secuestro. La fiscal federal Griselda Tessio tomó el testimonio y no verificó el domicilio de la joven, a la fecha la joven continúa desaparecida. Varios días después, Romina Gamara cambió su declaración, luego que un miembro de su familia fuera brutalmente golpeado, hecho que se niegan a denunciar. Romina, con su nuevo abogado, Héctor Tallarico, se presentó ante el juez santafesino Reinaldo Rodríguez, para declarar que niega que fue explotada sexualmente contra su voluntad. El abogado con el que asistió está sindicado como uno de los defensores “de la banda” que capturó a Romina y María Cristina Ojeda.
La insuficiencia de la Ley
La Ley 15.768 es la aprobación a la adhesión al protocolo final
anexo al Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la explotación
de la Prostitución Ajena, adoptado en la 264 sesión plenaria de la Asamblea
General de las Naciones Unidas por resolución número 317, del 2 de diciembre de
1949, esta aprobación se produjo en 1961. No obstante a la Argentina le llevó 46
años elaborar un proyecto de ley que defina la trata de personas como un delito
federal. Este proyecto, que ya cuenta con media sanción del senado, no fue
consultado con las organizaciones que vienen trabajando sobre el tema, sino que
fue el resultado de un proyecto presentando por miembros del Senado y el
Ministerio del Interior. Para los y las integrantes de la Red No a la Trata esto
es sólo "una mera modificación del código
penal".
Clasificar la trata de personas como delito, y sobre todo como delito federal, es un importante avance. Sin embargo, la ley no garantiza igualdad cuando la victima es mayor de 18 años, ya que debe demostrar que no consintió el maltrato y el abuso. Se dejan de lado los diversos factores que llevan a una mujer a ser vulnerable para la cooptación. Ademas se parte de la presunción de inocencia del traficante, siendo la víctima quien debe probar haber sido forzada a prostituirse, ya que el 80 por ciento de las victimas de trata son prostituidas. La ley sólo apunta a reprimir a las mafias, pero obvia el quebrantamiento de los derechos humanos de la víctima.
También se obvia el secuestro, ya que hay diferentes modalidades de captación: Una puede ser ofrecerles algún trabajo y luego forzarlas mediante torturas a prostituirse, y la otra es la del secuestro, como es el caso de Marita Verón. Las penas al proxeneta/traficante de mujeres mayores de edad van de los 3 a los 6 años, lo que lleva a que el delito sea excarcelable. Sin embargo hace una diferencia si el trafico es de menores ya que las penas pueden llegar hasta los 15 años. La ley no considera la penalización del cliente, importante vacío, ya que es sabido que de no haber demanda, no hay oferta en este sistema capitalista. Es importante remarcar que el trafico de personas es una violación a los derechos humanos de las personas y que nadie consiente que se le vulneren estos derechos básicos.
Clasificar la trata de personas como delito, y sobre todo como delito federal, es un importante avance. Sin embargo, la ley no garantiza igualdad cuando la victima es mayor de 18 años, ya que debe demostrar que no consintió el maltrato y el abuso. Se dejan de lado los diversos factores que llevan a una mujer a ser vulnerable para la cooptación. Ademas se parte de la presunción de inocencia del traficante, siendo la víctima quien debe probar haber sido forzada a prostituirse, ya que el 80 por ciento de las victimas de trata son prostituidas. La ley sólo apunta a reprimir a las mafias, pero obvia el quebrantamiento de los derechos humanos de la víctima.
También se obvia el secuestro, ya que hay diferentes modalidades de captación: Una puede ser ofrecerles algún trabajo y luego forzarlas mediante torturas a prostituirse, y la otra es la del secuestro, como es el caso de Marita Verón. Las penas al proxeneta/traficante de mujeres mayores de edad van de los 3 a los 6 años, lo que lleva a que el delito sea excarcelable. Sin embargo hace una diferencia si el trafico es de menores ya que las penas pueden llegar hasta los 15 años. La ley no considera la penalización del cliente, importante vacío, ya que es sabido que de no haber demanda, no hay oferta en este sistema capitalista. Es importante remarcar que el trafico de personas es una violación a los derechos humanos de las personas y que nadie consiente que se le vulneren estos derechos básicos.
¿Dónde están?
Se estima que hay unos dos millones de niñas y mujeres, que son
esclavas sexuales en la industria comercial del sexo. El secuestro y asesinato
de mujeres, niñas o adolescentes sucede cotidianamente y no es privativo de un
lugar geográfico o social. Es la naturalización de la cultura patriarcal y la
aceptación social de la violencia hacia las mujeres.
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